Habilidad: Área Afecta: a dioses enemigos Daño: Mágico Radio: 35 Daño: 200/275/350/425/500 (+40% de tu poder mágico) Stun: 1s + .2s por cada enemigo tomado.La Historia De Ares....Play para lectura automatica.
Temido por sus enemigos, menospreciado por su padre, adoraba a la Diosa de la Belleza, y adorado por los guerreros, Ares, un alma torturada y solitaria, es el sanguinario dios griego de la guerra.
Ares no es amado por el pueblo. Él representa todo lo que ellos temen y desprecian: guerras, conflictos, caos y asesinatos. Se dice que el cielo se oscurece cuando Ares toma el campo de batalla. Que cabalga a la batalla en un carro tirado por corceles que escupen fuego y se deleita sólo en el fragor de la batalla y el olor del derramamiento de sangre.
Ares no es amado por su padre. Zeus tiene muchos hijos, pero sólo dos con su esposa Hera. Sin embargo, el Dios del Trueno ha sospechado durante mucho tiempo que Hera le fue infiel y dio lugar al nacimiento de Ares, quizá como venganza por todas las infidelidades de Zeus. Por ello, Zeus reniega de él.
Ares no es amado por su hermana. Atenea y Ares son dos dioses de la guerra. Ares representa la violencia, la fuerza, y la masacre, Atenea es la encarnación de la inteligencia, estrategia y liderazgo. Ares se apresura a actuar y dejar un rastro de sangre. Atenea es reflexiva y cuidadosa con la vida. A menudo han estado en los lados opuestos, sobre todo en la batalla de Troya, donde Atenea hirió brutalmente a Ares y lo obligó a retirarse.
Ares es el amante de la Diosa de la Belleza. Aunque Afrodita se casó con el hermano de Ares, Hefesto, Ares juega con Afrodita cuanto quiera, y esta le corresponde. Su unión provocó descendencia casi tan terrible como el propio Ares: Fobos y Deimos, Miedo y Terror.
Ares es amado sólo por los espartanos, que veneran al Dios por su masculinidad, su espíritu guerrero despiadado, y la tenacidad contra viento y marea. Los espartanos, sin embargo, conocer la furia impredecible de su patrón, y aseguran sus estatuas con cadenas. Esto es, en parte, para evitar que el espíritu de Ares no escape de Esparta, y un vano esfuerzo por mantener al Dios de la guerra contenido para darles suerte en la batalla y salir victoriosos de ella.